Wiki José Salazar Cárdenas
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En el presente siglo, los antecedentes musicales en Tecomán, han sido los siguientes:


En 1911, siendo gobernador del estado Don J. Trinidad Alamillo, se integró, con respaldo suyo y formada por Don Nicolás García, la primera banda de música que aquí existió, compuesta por elementos locales.


Pocos años después, cuando la revolución Carrancista, vino un general llamado Vicente González que se llevó los instrumentos y se desintegró la banda.


Al quedar disgregado el grupo musical, Don Anastasio Vizcaíno formó una orquesta que él dirigía y que estaba integrada en esta forma:


Anastasio Vizcaíno tocaba trombón. Florencio Aguilar, cornetín. Fidencio Sandoval, clarinete. Benito Avalos, contrabajo. Longino García, violoncelo. Manuel Chávez, segundo violín. Nicolás Cardoso, violín. Odilón Cardoso, violín.


En 1916, como ya habían muerto algunos de los integrantes originales, pasaron a formar parte del grupo Jesús Ríos Carrizales, Faustino Solórzano, Nicolás Solórzano y Ramón Vizcaíno.


De este grupo se separó Odilón Cardoso y formó su orquesta.


El original grupo de don Anastasio Vizcaíno, tocaba serenatas en el jardín jueves y domingos y daba audiciones en bailes y fiestas particulares.


A principios del siglo, en la esquina que forman las calles Independencia y Progreso, que fue llamada de La Cabaña, existían cantinas que eran propiedad de don Amado García y pocos años después se instalaron otras en la esquina de 16 de Septiembre con Reforma, que eran: la conocida como “La Casa de Zinc” y en la esquina opuesta “Las Tres Piedras”. Por la calle Dos de Abril, cerca de la esquina con Zaragoza, estuvo otra cantina que se llamaba “El Cántico Armonioso”. En esos lugares ofrecían música los mariachis de esa época llamados fandangos, que estaban integrados por cuatro elementos que tocaban el arpa, la guitarra, la vihuela y el violín.


Tanto la orquesta de Anastasio Vizcaíno como la de Odilón Cardoso, tocaban en lugares serios.


Al morir Anastasio Vizcaíno, la orquesta se desmembró y solamente quedó la de Odilón Cardoso. Esta era formada como sigue: Faustino Solórzano, Anacleto Rosas, Jesús Ríos, Nicolás Solórzano, Heliodoro Novela, Donaciano Novela y Juan Hernández.


Aproximadamente en 1932, Don Salvador Salazar formó una segunda banda que llevaba el nombre de “Melodías del Pacífico” y que estaba integrada en la forma siguiente:


Pablo Ponce, contrabajo. Faustino Solórzano, trombón. Nicolás Solórzano, clarinete. Ramón Vizcaíno, clarinete. José Cabrera, contrabajo, Enrique Berber, barítono. José Cruz, clarinete. Heliodoro Novela, Ramón Velasco, Antonio Novela, Salvador Novela, Salvador Salazar García, Florencio Andrade, Antonio Saucedo y Miguel Salazar García.


Posteriormente ingresaron a esta misma banda Ciro Salazar García, Nicolás Cardoso, Antonio Rincón García, José Larios, Isabel Rincón, Jesús Ríos y Eligio Alvarez. Ese grupo musical se desintegró en 1955, por enfermedad y ulterior fallecimiento de Don Salvador Salazar.


En el año de 1958, Don Emereciano González Sánchez reorganizó la banda, agrupando algunos de los elementos antiguos con otros de nuevo ingreso, habiendo participado desde ese año hasta la actualidad los siguientes: Nicolás Solórzano, Nicolás Cardoso, Manuel Ríos, Manuel Hernández, Miguel Salazar García, Emiliano Martínez, Eliseo Cortés, José López Morán, Antonio Rincón García, José Larios, Severiano Hernández, José Puente, Pedro Rincón, Juan Valle, Bibiano López, Isabel Rincón, Jesús Flores, Héctor Rincón, Noé Rincón, Crispín Bautista y Aniceto Pérez Fregoso.


Haciendo un retroceso cronológico y retomando nuestra descripción a los tiempos anteriores a la formación de la banda de Salvador Salazar, digamos que al desaparecer la orquesta de Odilón Cardoso, se formaron diversos grupos musicales que tenían su mayor campo de acción en las cantinas a las que acudían mujeres galantes, que en las décadas de los años treintas y cuarentas, al crecer la población, tuvieron mayor desarrollo.


Se había pasado del ritmo pausado y suave del vals europeo, al bullicioso y frenético ritmo del charleston. Después vino el tiempo en que surgió en México y se popularizó el ritmo tropical del danzón, para luego alternar la cadencia del blues, con la febril agitación del swing.


Había en ese tiempo una orquesta formada por Florencio Andrade, Enrique Andrade, José María González, Ignacio González, Nicolás Cardoso y “El Perico”, que tocaba en el Salón Costeño, de Jesús Silva en la calle Centenario, hoy Revolución.


Otra integrada por Eligio Alvarez, Jesús Ríos, Abel Alvarez, Eulogio Murillo y Anacleto Rosas que tocaba con Ma. Dolores y Josefina González, “Las Domadoras”, también en la calle Centenario.


Estos elementos entremezclados junto con Miguel Salazar García también tocaban con “La Chiapaneca”, mujer muy bonita y de mucha fama en esa época, que tenía su establecimiento en la misma calle, en la esquina opuesta a la casa de Juan Rodríguez.


La banda reorganizada por Emerenciano González, pasó a ser Banda Municipal, como había sido la de Don Salvador Salazar y de ella son pocos los elementos que originalmente la formaban que aún permanecen.


Esta banda ha tomado parte en serenatas populares, desfiles, actos cívicos, peregrinaciones, eventos charros y taurinos, mañanitas, festejos particulares y bailes.


Los instrumentos de que consta la banda actual y sus ejecutantes son los siguientes:


Tres clarinetes: Nicolás Solórzano, Juan Valle y José López.

Dos trompetas: Manuel Hernández y José Puente.

Tres Saxofones: Antonio Rincón, Héctor Rincón y Miguel Salazar.

Un trombón: Jesús Flores.

Un barítono: Eliseo Cortés.

Dos saxofones: Bibiano López y Aniceto.

Un bajo: Pedro Rincón.

Ruidos:

Platillos: Isabel Rincón.

Tambora: Crispín Bautista.

Tarola: Noé Rincón, que suple a José Larios que actualmente se encuentra retirado.


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