Wiki José Salazar Cárdenas
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Al despoblarse Valenzuela entre 1870 y 1880, los criollos y mestizos que la habitaban emigraron a San Angel y Tecomán. Hasta entonces, Tecomán había sido poblado en su mayoría por indígenas.

Al sentirse desplazados, una cantidad considerable de aborígenes se instalaron en El Naranjo, un rancho que se encontraba en el camino que llevaba a El Tecuán, más allá de lo que hoy es Cofradía de Morelos.

En su nuevo asentamiento, en que trataban de eludir la intervención de las autoridades, se desarrollaron en ellos el alcoholismo y las riñas que desembocaban en hechos de sangre.

Después de algunos años en que vivieron en esas condiciones, las autoridades de Tecomán decidieron integrarlos a la población, pero como ellos se rehusaron a convivir con los llegados de Valenzuela y San Angel, formaron un barrio en la orilla sureste del poblado en las cercanías de lo que ahora es el cruce de las calles Zaragoza y Niños Héroes, que fue nombrado por el resto de la población como “Barrio de los Cantareros”, ya que los indígenas que allí moraban se dedicaban principalmente a la alfarería, pues hacían cántaros, comales, ollas y toda clase de utensilios de barro. En la primera mitad de este siglo allí se congregaron, dispersándose después al mezclarse con los demás habitantes. Uno de los últimos moradores de ese grupo y de ese barrio, fue Chico Matías, un indígena que vivió más de cien años.

Fueron aborígenes muy conocidos en el Tecomán de principios de este siglo, los siguientes:

Bernabé “Carpio” Celestino, Mere Celestino, Avelino Pastor, Lino, Avelino Flores, Isaac Flores, hijo de Avelino, Cristóbal Pérez “Tata Cristóbal”, Francisco Chico Matías, Marciano Matías, Angel Cruz, Basilio Figueroa, Pantaleón Martínez, Pedro Villegas “Carreón”, Marciana Acosta, Andrés Bautista, Emigdio Aceves, Apolinar Melquiades, Ramón Medina, Herculano, padrastro de Sabás Virgen, Lola “La Tarécua” y Emiliano Martínez “El Toro”.

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