Wiki José Salazar Cárdenas
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Cuando aún se carecía de agua entubada domiciliaria, en las habitaciones o cerca del comedor se usaba un mueble que era un armazón vertical de fierro, con un aro de mayor diámetro en la parte superior y uno menor en la parte inferior. En el aro de arriba se colocaba una palangana de regulares dimensiones, de peltre de color blanco a la que también se llamaba lavamanos, aguamanil o lebrillo, según las regiones geográficas en las que se usaba. En el aro pequeño, de abajo, se colocaba una jarra del mismo material y color, que contenía agua. Estos utensilios eran usados para el aseo de las manos y la cara. El armazón también llevaba en su parte superior un gancho que servía de colgadera para la toalla.


En la antigüedad antes de que se popularizara el uso del aluminio en utensilios de cocina, además del barro se usaban los objetos de peltre. Era muy usada la cafetera de ese material.


La damajuana o damasana, como popularmente se nombraba, era un botellón de vidrio semejante a un garrafón de los que se usan actualmente como recipientes del agua purificada comercial, de cuello proporcionalmente más largo, pero en su tamaño total de proporciones pequeñas. Se usaba para guardar líquidos: agua, vino y ponche.


Anteriormente, cuando todavía no existían aparatos eléctricos de uso doméstico ni utensilios de plástico, eran muy usados en la cocina los cedazos, hechos de una madera muy maleable, parecida al tejamanil, muy delgada, y de un tejido de cerdas de crin de caballo en el fondo. Se utilizaban mucho para colar la leche y para separar la cuajada del suero cuando se hacía queso.


Eran de mucho uso el jarro de barro vidriado y el molinillo para preparar el chocolate. Los molcajetes de diferentes tamaños según el uso que se les diera: los más grandes para moler jitomates y chiles y los más pequeños para moler olores o condimentos. Las cucharas y paletas de palo para diferentes usos.


Antes de que hubiera electricidad, para el planchado de la ropa se utilizaban las planchas de fierro que se calentaban en el fuego. Unas eran compactas y se colocaban encima de las brasas. Otras tenían un depósito en la parte inferior, dentro del cual se colocaba el carbón ardiendo.


En forma anterior a la existencia de lavadoras eléctricas de ropa, y detergentes, había en las casas, generalmente en el patio, un asoleadero de ropa formado por grandes piedras redondas de río sobre las que se extendía la ropa que había sido dejada en jabón y que permanecía varias horas expuesta al sol con la finalidad de blanquearla.

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